Una de las características del mundo romano fue la capacidad que tuvo para adoptar cultos de raíz y origen diferentes a los suyos, aptitud comprensible en ese conglomerado de pueblos y culturas en que se convirtió el Imperio, y en el que se estableció una corriente múltiple de influencias entre Roma y sus provincias. A partir del siglo II a.n.e. Grecia se convirtió en la fuente principal de todas las actividades artísticas e intelec-tuales. Muchas divinidades genuinamente itálicas elevaron su jerarquía al "helenizarse". Este torso de mármol de mediano formato se identificó en un principio como Apolo, pero recientemente especialistas alemanes han considerado que puede haber pertenecido a un grupo que refiriera el rapto de Ganímedes, a juzgar por la pronunciada curvatura del torso.